Crítica Cinematográfica: The Brown Bunny (2003, Vincent Gallo)

Vincent Gallo, el hombre, lo volvió a hacer, después de su ópera prima, Buffalo 66, una de las más puras muestras de amor vertidas en la industria cinematográfica en los últimos 20 años, en el año 2004 filmó este otro gran film, The Brown Bunny. Nombrada peor película de la historia de Cannes (lo cual no hizo sino que aumentar el ego de nuestro amigo Gallo), nos encontramos ante un ejemplo de puro cine, un retrato de la vida, la vida cotidiana, sin efectismos, real, transmite más que cualquiera película hecha en Hollywood. No le hacen falta diálogos, no hacen falta personajes secundarios, no hacen falta un guion complejo, solo Vincent Gallo y su furgoneta recorriendo la carretera.

Con ciertas reminiscencias literarias al existencialismo de Jean Paul Sartre ("El Infierno son los otros"), al nihilismo ruso (“Iván Turguénev”), a autores como Albert Camus ("El Extranjero"), al cine de Andréi Tarkovski ("Nostalgia") o Ingmar Bergman ("Fresas Salvajes"), la película simplemente trata de mostrarnos la realidad en su forma más pura, un viaje personal hacia ninguna parte, la búsqueda del "yo", el absurdo de la generación en que vivimos.

El mensaje principal de la película es el tiempo, vivimos en la época en que "no existe el tiempo", esta película desarrolla esta problemática de una manera bastante compleja, al igual que hacen grupos musicales como los Kefta Boyz, mostrándonos la vida de una "persona cualquiera", por eso durante la película se suceden varias escenas donde Bud, el protagonista, está echando gasolina, parando a comer al restaurante chino, conduciendo por la autopista, etc. Acciones cotidianas, que tienen interés cero para el espectador, pero precisamente ocultan un mensaje tan profundo que son las importantes del film, y obviamente es un mensaje que mucha gente no ha captado y de ahí las valoraciones tan bajas que realizan algunos de esta película.

Sobre la polémica escena que ocurre hacia el final, realmente no era necesaria, pero no es más que otra muestra del realismo sucio que impregna a la cinta, ese mostrar la vida tal y como es, horrible pero bella, llena de sufrimiento pero demasiado corta, solitaria pero rodeado de otros individuos, etc.

Estamos ante una cinta capital, una especie de road movie eviterna, dramática, romántica, realista, profunda y reflexiva.